El otoño y su maldita manía de intentar modificarnos el rumbo: bien sea anímicamente con sus días fríos y grises, llenos de oscuridad y faltos de luz, o bien sea atentando contra nuestro buen humor a base de ataques de lluvia. El pasado 27 de noviembre, un jueves lluvioso y gris, el otoño no se enteró de que sus amagos por demostrar quién es él, iban a ser vanos. Porque ante el chaparrón que mojaba las calles, y a los que las transitábamos, estaba Cristina Gonzalez Narea esperándome para compartir conversación y secarme con palabras; y ante el frío que la estación otoñal nos ofrecía, estaba el calor de una tarde en la buena compañía de la artista chilena afincada en Madrid.
Cristina Gonzalez Narea me recibió en su casa para charlar sobre el concierto que este lunes 1 de diciembre ofrece en La Fídula. Agradezco, desde aquí, a Cristina su amabilidad y su hospitalidad, y reproduzco a continuación la charla (entrevista) que mantuvimos.
Cristina, este lunes 1 de diciembre, tocas en La Fídula. Va a ser un concierto en formato acústico. ¿Cómo te sientes presentando tu disco Huesos de mar en ese formato?
Para mi es todo un desafío, porque este disco, como tú lo has oído, tiene una propuesta que en lo musical es importantísima. Porque es la fusión del folclore latinoamericano, con sus sonidos, sus ritmos y sus instrumentos, desde la canción de autor, que este lunes va a aparecer sí o sí, añadiendo a la gente con la que toco aquí [en España] que es la parte rock, más eléctrica que añado al disco. Y el lunes es un desafío, como ya te digo, porque al fin y al cabo las canciones son las canciones. La canción es la esencia. Si eso rula, lo demás lo podemos aparcar de momento.
Como bien dices en tu disco hay un gran despliegue instrumental, muchos sonidos diferentes, muchas sonoridades… y el lunes vas a prescindir de todo eso para salir con guitarra y voz. ¿Cómo lo vas a defender?
Con valentía y con entusiasmo (risas). Aunque sí que es interesante que salga con toda la banda pero es complicado, por la infraestructura y por la no oferta cultural que hay en este país que no se ayuda a la música, pero no por eso desmerece este concierto. El concierto desnudo, aunque no haya ocurrido todavía, tal como lo estoy preparando, y tal como lo estoy vibrando, va a ser precioso.
Hablando de la no oferta cultural de este país que has nombrado. Se está convirtiendo España en un lugar complicado donde apostar por proyectos artísticos…
Hay cosas que se están haciendo, por ejemplo hoy escuché el programa de Santi Alcanda, sobre la gira de Lapido y Quique Gonzalez [Soltar a los perros]. Estuve escuchando los discos, los temas que pusieron de ellos, de los integrantes de la banda de Quique y Lapido, y me parece una propuesta brutal… la puesta en escena… las canciones. Me encantó esa primera escucha en la radio. Y también, por ejemplo, Carmen París está terminando otra historia. Hay cosas que se están haciendo pero no hay tanta difusión como merece.
Quique se forjó su nombre de garito en garito, se pateó garito y garito, quizá mucho más que yo. Y valoro que alguien asome la cabeza en esta marabunta, en este berenjenal tremendo. Parece que se quieren poner puertas y muros a todo lo que se crea aquí. No sé qué tipo de monstruo habita sobre este país, una nube negra como que quiere apagar el talento innato y la creación; entonces que alguien consiga asomar la cabeza y arrastre también a colegas [en referencia a los proyectos de los integrantes de la banda de Quique Gonzalez y Lapido].
Hablemos de las salas de conciertos. Lunes 1 de diciembre tocas en La Fídula por primera vez (ya que es una sala que ha empezado hace poco tiempo a programar conciertos y eventos de poesía). ¿Cómo crees que está el panorama de salas con respecto a hace unos años cuando empezaste a tocar? Yo noto que cada vez hay más sitios donde se recita poesía, pero no tantos donde se programe música en directo… ¿Qué opinas?
Los músicos nos hemos visto abocados cada vez más a tocar menos. Porque este ayuntamiento ha cerrado mil sitios… que si la salida de incendios… que si el humo… que si el impuesto… Tengo amigos que han tenido que cerrar sus locales, muchos de ellos sitios emblemáticos, y cada vez nos estamos quedando con menos locales. Y los locales que hay hacen lo que pueden, programan para que vaya gente a su local. ¿Pero qué pasa? Por ejemplo en el ámbito de la poesía son recitales gratis, se llenan esos locales, la gente consume en esos locales, pero los que participan no se llevan nada. Me parece bien, yo también lo hago, pero digo a ver si llegamos ya a equilibrar un poco y que por lo menos te inviten la caña y el taxi de vuelta. Yo qué sé. A ver no es una propuesta, yo lo que intento es poner ahí una inflexión en cuanto a tomar conciencia, porque estamos todos en la misma jugada, y jugar es una palabra hermosa porque significa divertirse, alegrarte, compartir. Pero nadie se lo tiene que llevar muerto. Vamos a intentar comprender que la situación es la que hay, y que entre los creadores nos tenemos que ayudar; y que los locales tienen que poner de su parte y saber qué están programando.
¿Qué hay que hacer para llenar un concierto? ¿Usar las redes sociales, eventos de Facebook, para promocionarse? ¿Confiar en las salas que tengan un público fiel que va a asistir?
Hay que usar todas las herramientas que se pueda. Pero hay algo fundamental, que ha estado en todas las épocas, que es el boca a boca. A mí me gusta lo que uno escribe o lo que alguien pinta o lo que alguien canta, y se lo cuento a alguien, e insistes, y le mandas la canción o un link. Este es el boca a boca que es el que más manda. Luego hay que apoyar a muerte a los locales chiquitos, como por ejemplo el Bar Estitxu de Vitoria donde toqué en octubre, o a los festivales que tienen entidad propia. Apoyar a los locales que siguen apostando por la música en directo en este país. Porque sabes que te puede gustar más o menos el artista, la propuesta musical que haya esa noche, pero sabes que ese local te va invitar a un buen evento. Entonces también los locales tienen una dignidad en si, tienen una entidad propia que hay que apoyar.
Yo creo que todas las herramientas son buenas, aunque también dicen que no hay mayor mentira que los asistiré de los eventos de Facebook (risas). Pero también es cierto que un asistiré de una persona que al final no vaya, significa que una persona que no te conoce acuda a verte porque ha visto el asistiré de su amigo de Facebook. Esto es crear redes, y es lo que tenemos que hacer, porque es nuestra herramienta de promoción.
¿Cuáles son los planes para después del concierto el 1 de diciembre en La Fídula?
Después de La Fídula me voy una semana a Argentina y a Uruguay a hacer dos conciertos con Aute. Entre medias voy a hacer un concierto, sola o con un músico de allí, en algún lugar en Buenos Aires. Todavía no tengo el nombre del sitio.
En enero tenemos concierto en el Búho Real dentro de un festival que se va a dar en salas pequeñas de Madrid.
Y entre enero y febrero, estamos cerrando fechas ahora, tenemos pendiente volver a Bilbao y a Vitoria. Porque en octubre estuvimos allí, en el Bar Estitxu y tuvimos una buena acogida por parte de la gente. Y hacer otro concierto en Bilbao. También buscar fecha en Pamplona.
Después del lunes estamos Bolo [Hipólito García es el manager de Cristina] y yo preparando planes para el futuro. La idea con Huesos de mar es que en 2015 esté en todos los festivales que se pueda. Yo creo que es un disco y un directo, con la banda, que puede estar en festivales de músicas del mundo, en festivales jazz, en festivales rock y en festivales de música de autor. Es un disco que cabe en muchos espacios y en muchos de los festivales que hay. Esa es la propuesta. Y no sólo en España, también en países de Europa, y por supuesto en Latinoamérica… (por ejemplo) en Chile y en México.
Y mientras la noche va venciendo la batalla a la tarde pintando de negro el cristal de las ventanas, me despido de Cristina Gonzalez Narea que me ha demostrado que su calidad humana va en proporción a su talento artístico. En el equipo de música de la casa de Cristina suenan las notas de un Erik Satie que nunca supo que un día Javier Ruibal iba a convertir en la canción La Flor de Estambul. El mismo Erik Satie que nunca supo que un día su música iba a sonar en la casa donde se compuso el maravilloso disco Huesos de mar. Y, valga la redundancia, el mismo Erik Satie que nunca supo que su piano iba a poner banda sonora al final de esta entrevista. Cuando salgo del portal en la calle ya ha dejado de llover, pero me siento vapuleado por la tormenta de emociones que me ha provocado la charla con Cristina Gonzalez Narea.
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Concierto del 1 de diciembre en La Fídula: https://www.facebook.com/events/390472134451862/