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Adelanto de 14 de ciento volando de 14: A Sabicas y Sin puntos ni comas.

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Y entonces la tarde volaba en una ciudad del sur. Y entonces una mariposa multicolor se posaba frente a la Alhambra. Y entonces Enrique Morente tuvo una idea. Y entonces Morente le dijo a Sabicas que quería grabar un disco con él. Le dijo que sí, que ya habían compartido arte juntos, que Sabicas le había acompañado a la guitarra en muchos cantes de muchas fiestas, pero que había que grabar un disco juntos. Y entonces Sabicas le dijo a Morente que perfecto, que encantado, pero que no estaba la salud y las ganas como para venirse a España a grabar y que el viaje, y posiblemente las juergas aledañas a los días de grabación, le podría traer unas consecuencias fatales. Y entonces Morente se fue a Nueva York como ya hiciera 70 años antes su paisano Federico García Lorca. Y entonces se grabó, con las cuerdas de nylon de Sabicas y con las cuerdas vocales de Morente, uno de los discos más increíbles de la historia del flamenco: Morente – Sabicas (Nueva York – Granada). Y entonces, poco tiempo después, Sabicas se fue al Reino de los Cielos, y entonces aquí en el Reino de los Suelos nos quedamos con su recuerdo y con ese último disco que echó a volar en Granada para embadurnar de purpurina y arte a la ciudad de Nueva York. Y entonces la vida siguió, pero no siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, que dice la canción,  sino que siguió con mucho sentido ya que Morente volvió a viajar a Nueva York de manera onírica, ya sin Sabicas pero con Lorca en el corazón del sueño, y revolucionó el flamenco con Omega. Y entonces, también con mucho sentido y con mucho sentimiento, un día, o quizá fue una noche, Sabina se acuerda de Sabicas a la guitarra acompañando a Morente y escribe este soneto:

A Sabicas

Ese gitano de faca y sombrero,
esa vitola de rey en lo suyo,
esos arcanos de tonadillero,
ese remanso en mitad del barullo.

Ese que pisa quintas avenidas
con los caireles de un dios en barbecho,
sin la quincalla de las despedidas,
con los papeles que nunca le han hecho.

Ese despecho de etrusco de Marte,
ese bastón para andar por derecho,
ese pedrusco en el dedo meñique.

Ese que guarda el secreto del arte,
en la botica más jonda del pecho,
ese Sabicas tocándole a Enrique.

Y entonces ese soneto, junto a otros tantos, se hizo libro: Ciento volando de catorce. Y entonces era el año 2001, y ahora es 2016 y Pedro Guerra edita un disco con canciones que nacen en los poemas de aquel libro de sonetos. Y entonces en ese disco de 14 de ciento volando de 14 vemos que en su portada hay una mariposa… ¿será una mariposa monarca? Una mariposa monarca de esas que recorren miles de kilómetros en un viaje migratorio del que nadie les ha enseñado ni el camino ni el itinerario. ¿O será la mariposa que se posó una tarde frente a la Alhambra en Granada?  Y entonces volvemos a Sabicas, y a Granada, y a Morente, y a Nueva York, y vemos esa mariposa multicolor que vuela de la guitarra al soneto, del soneto a la canción, de la voz áspera de Sabina a la dulzura de Pedro Guerra o a la majestuosidad del maestro  Miguel Poveda. Y entonces tenemos la canción A Sabicas como adelanto del disco 14 de ciento volando de 14. Y entonces nos dejamos embaucar por esa canción, cantada entre Pedro Guerra, Joaquín Sabina y Miguel Poveda. Y entonces después de escucharla varias veces tenemos ganas de más, de más canciones de ese disco que se publicará en unos días, y nos encontramos que la mariposa multicolor ha extendido sus alas y ha saltado de Tirso de Molina a Guímar, y que pasando por Barcelona se ha encontrado por los países catalanes con la voz, LA VOZ, de Silvia Perez Cruz. Y entonces esa voz, tan maravillosa de Silvia Perez Cruz, esa cadencia al cantar, sólo se podía acompañar por la voz de un genio creativo como es Jorge Drexler. Y entonces Silvia Y Jorge, Pérez Cruz y Drexler, plantan un punto y aparte en la interpretación entonando la canción Sin puntos ni comas basada en el soneto homónimo:

Sin puntos ni comas

No somos siempre nosotros el bueno,
no tienen otros la culpa de todo,
la redención mata más que el veneno,
perfil de plata, borceguí de lodo.

Neuras y gritos y coches y aromas,
calles y cuerpos y noches y azares,
sigue corriendo, sin puntos ni comas,
sube al infierno, baja a los altares.

Perdí mi sueldo de bombero un día,
que, por jugar a echar troncos al fuego,
quemé los muros de la patria mía.

¿cómo iba yo a saber que la hidalguía
era el pijama a rayas del talego
y la ambición un perro policía?

Y entonces Pedro Guerra. Y entonces Joaquín Sabina. Y entonces Poveda. Y entonces Silvia Perez Cruz. Y entonces Jorge Drexler. Y entonces 14 de ciento volando de 14. Y entonces… ¿dónde nos querrá llevar la mariposa multicolor?

cientovolandodecatorce

Escuchar en Spotify lsa canciones A Sabicas y Sin puntos ni comas.

Como ya anunciamos hace unos días este mes de abril, concretamente el próximo día 22, se publican dos discos de Pedro Guerra: Arde Estocolmo y Ciento volando de catorce.

Más información sobre ambos discos en la web de Pedro Guerra: Arde Estocolmo / Ciento volando de catorce.

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