Aunque él no lo sepa, el primer recuerdo que tengo de Luis Farnox con respecto a mi barrio, Vallekas, fue del primer verano que viví en esta parte de la ciudad donde Madrid pierde el nombre. Era julio y llegaba el día del Carmen, la Karmela en este barrio, y por lo tanto su correspondiente Batalla Naval. Nunca había asistido a la famosa guerra de agua vallecana, pero había oído hablar mucho de ella, y por lo tanto tenía unas ganas terribles de vivirla. Aquel verano, en mi ilusión de empaparme, nunca mejor dicho, de la idiosincrasia de la fiesta vallekana, descubrí el himno de la Batalla Naval: Marineros de Secano. El autor era un vallecano ilustre: Luis Farnox. Para mi opinión Marineros de Secano es la canción perfecta como himno de tal fiesta. Tiene su comienzo profundo, de cante hondo, flamenco y certero como este barrio es. Tras la intro maravillosa (“con los mejores restos de todos los naufragios, navegando en un sueño va mi barrio”) la música torna a una tonalidad más festiva, un ska de barrio, invitando al baile y a la celebración, mientras que la letra, irónica y maravillosamente bien rimada, pinta el paisaje de la Batalla Naval y del barrio de Vallecas mejor de lo que lo pudiera hacer pongamos Antonio López en un cuadro.
Por todo lo dicho no es de extrañar que cada vez que escuche el nombre de Luis Farnox mi mente viaje a la Batalla Naval, pero tampoco es de extrañar que además de ese recuerdo me vengan a la cabeza algunas canciones de El Mecánico del Swing que he escuchado varios cientos de veces, así como que no es de extrañar que me acuerde de la manera que se me eriza la piel cuando veo por youtube vídeos de su espectáculo Poetas que dan el cante, o le recuerdo en un concierto de Luis Pastor en el Ateneo Republicano de Vallekas subiendo al escenario y cantando con la guitarra un par de canciones creando un momento emocionante, o tampoco es de extrañar que le recuerde recitando poemas en alguna presentación de algún libro en la que hemos coincidido, y para nada es de extrañar que se me ilumine la cara con una sonrisa y medio suspiro cuando pienso cómo Luis Farnox me sorprendió el pasado 2 de septiembre en la Sala Galileo, en la presentación de BarrioAndante, con sus arreglos a las guitarras y su destreza con las seis cuerdas.
Son varios recuerdos los que tengo de Luis Farnox, dentro y fuera de Vallekas, y hoy, en La Esquina del Zorro, viene la oportunidad de sumar un recuerdo más a la lista. Porque “navegando en un sueño va nuestro barrio” como dice su himno de la Batalla Naval, y que aunque “nadie pueda abrir semillas en el corazón del sueño”, como cantaba Camarón y escribía Lorca, Luis Farnox ha abierto las semillas y ha hecho crecer el limonero en el corazón del sueño. Ahora todo es aroma y color, aunque él no lo sepa.
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