Inicio concierto Alberto Ballesteros en Bodega del Águila (22 enero 2023)

Alberto Ballesteros en Bodega del Águila (22 enero 2023)

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Fue al pasar por la puerta de la iglesia de la Virgen de la Paloma cuando Manu me preguntó si había leído la entrada del blog de Alberto Ballesteros en la que cuenta la noche que no fue nadie (más bien casi nadie) a un concierto suyo, le dije que la había leído hacía unas horas. Unos metros antes de ese momento, nada más subir las escaleras que unen la calle Toledo con la calle de La Paloma Manu me había preguntado qué hora era. Y unos minutos antes de todo eso, por la calle Santa Ana, Manu me había preguntado si sabía llegar a la Bodega del Águila. Menos mal que en la esquina de calle de La Paloma con calle Calatrava nos encontramos a Pamela del DéjàVu que, como nosotros, también iba al concierto de Alberto Ballesteros, y entre saludos y tal no me dió tiempo de conectar, en mi cabeza, todas las preguntas de Manu porque me hubiera dado cuenta que me estaba intentando decir que llegábamos tarde al concierto. Y menos mal que cuando llegamos, con el concierto empezado, me quedé absorto escuchando a Alberto cantar y no me dió por darme cuenta que los temores, esos que no supe ver tras sus preguntas, de Manu se habían hecho realidad. Y también menos mal que la Bodega del Águila es un sitio acogedor en el que se mezclan los parroquianos propios del lugar, no sé si habituales o eventuales, que no saben quién toca pero escuchan con los que vamos porque sabemos quién toca y nos encanta escucharle, porque así, gracias a lo amable que es el lugar, no me dió para acordarme cuando unos cuarenta minutos antes en Vallekas le había dicho a Manu «tranqui, vamos con tiempo» cuando me preguntó cuánto se tardaba desde mi casa hasta el lugar del concierto.

Y con tiempo íbamos, pero sobre todo con tiempo quedamos tras el concierto porque tardes como las de la Bodega del Águila le inyectan a uno algunos años de vida más. Porque es ilusionante, y la ilusión rejuvenece sin duda, ver el cariño con el que Fernando monta estos conciertos y pide respeto para el artista. Porque es divertídisimo, y divertirse te hace ser un niño de nuevo, escuchar las versiones que Fernando se marca con sus hilarantes letras. Porque es genial, siempre es genial, escuchar las canciones de Alberto Ballesteros y más en el formato tradicional de guitarra y voz tras haberle visto las últimas veces con banda. Porque es sorprendente, y la sorpresa te quita el cinismo que conlleva la edad madura, escuchar versiones de otros artistas por un tipo como Alberto que lo hace tan bien de llevárselas a su rollo (resaltar por ejemplo la versión que hizo de Como un burro amarrado a la puerta del baile de El último de la fila con la que se ganó al público de la primera fila que no sabían que esa tarde allí había un concierto). Porque es magnífico, y lo magnífico deshoja calendarios, encontrarse con el bueno de Kike Calzada, con su gran talento musical y a la vez con su infinita humildad, y que se anime a cantar un tema en mitad del concierto de Alberto… y además que sea la canción Frío de Géminis, escrita a medias entre Kike y Luis del Roto, que cierra el maravilloso disco de este último Canciones contra el futuro. Y porque, como cantaba Burning, los domingos los hicieron para bailar y no hay mejor plan que la Bodega del Águila con sus conciertos de media tarde y enganchar con sus jam sessions de nueve de la noche. Such a perfect day! que diría Lou Reed en Perfect Day, o ¡qué domingo más guapo! que diría Alberto Ballesteros en su canción El domingo que viene. La próxima vez quedaré con Manu en Tirso de Molina.

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