Artista: Vico
Lugar: Dog&Roll (c/Palafox 3, Madrid)
Fecha: 24 junio 2015
Un lugar íntimo que se hace esperar a la hora de abrir y mostrarse a la ciudad. Un escenario especial sin cables ni voces moduladas: tan sólo canciones desnudando el aire. Sensibilidad y poesía, guitarra y un piano que a mitad de concierto decidió pedir un descanso. Un hombre tímido dispuesto a improvisar un repertorio para abrirse en canal y así mostrar la partitura de sensaciones que escondía en el interior de su pecho. Se presentaba el álbum Lejos del mar en una calurosa noche madrileña con todas las hogueras ya apagadas.
Pasadas las 21.30h del pasado miércoles 24 de junio el Dog&Roll subía la verja de metal para que la veintena de personas, que esperaban en la calle Palafox, entraran a sentirse arropadas por la melodía suave que es la voz de Vico. Comenzaba el recital con los dos temas que abren el disco Lejos del mar: De vez en cuando y Perdiste. La preciosa Inmortal fue la siguiente joya en ser cantada. Es Vico un hombre que quizá tenga un infierno ardiendo en las entrañas y es por ello que sus canciones, trepando por el vacío de unos ojos que miran al abismo de la nada, son un fuego fatuo que no deja ver las cenizas de tanta historia consumida bajo la piel. Sin respirar, canción del primer disco Donde no importa nada, dejaba paso al protagonismo de un piano que a un lado del escenario esperaba ansioso ser tocado, y a la primera invitada de la noche, Uxía Rodíguez, que recitaba versos entrelazados con las estrofas de la mística y reflexiva Carta adiós.
Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero quizá Dorian, el gato del artista catalán, tenga argumentos para rebatirlo. Uno de esos argumentos puede ser la canción Dorian que Vico cantó al piano antes de regalarnos dos canciones más del primer disco: Olas de sal y Nada es como ayer. Sobre tormentas y despedidas convertía el bar, hasta entonces café de intimidades, en un garito que crece en la oscuridad del rock y del ánimo canalla de la noche. Más invitadas iban pasando por el escenario, la poetisa Laura Díaz con sus versos y la sorprendente Travis Birds con la magia cosida a la voz, y mientras tanto el piano se declaraba en huelga. Vico seguía regalando canciones: Plan B, Víctor, Donde más llueve… para finiquitar un buen recital con la obra maestra 1012 veces cantada a medias con Travis Birds, uno de esos momentos mágicos en los que uno se alegra de haber salido de casa y maldice el tener que volver a ella porque desea que el concierto nunca acabe.
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[…] artística arrolladora. A Vico lo descubrí hace algún tiempo, y hace un par de meses pude verle en concierto en el Dog&Roll. Aquella noche fuí a poner cara al cantautor que me había alucinado con las canciones de sus dos […]