Cuando un cantautor que me gusta saca un disco, y Alberto Alcalá me gusta tanto que no sabría si expresarlo en kilogramos o en amperios, siempre está el interés por las canciones. Siempre las canciones. Escuchar las nuevas canciones, que muchas veces ocurre en este ámbito de la canción de autor que ya las has oído alguna vez en algún concierto, y desentrañar letras y música con calma y con la ventaja de poder dar al Play una y otra vez. También está la ilusión por tener el disco físico, abrirlo, ver el libreto y poner el CD en la minicadena de casa o hacerlo sonar en el coche mientras conduces, y la satisfacción de que ya tienes esas canciones para siempre. Y también, y cada vez me pasa más esto y/o le doy más importancia -no sé si será que la edad te vuelve más analítico y menos emocional o que la vida me está invitando a ser un pedante-, está el asunto de la producción. Una buena producción puede llegar a glorificar grandes canciones; y con «buena» no me refiero solo a la calidad de la tela del traje sino a que éste sea de la talla del cuerpo que lo lleva. Y es por ello, por mi fijación por las producciones de los discos, que me intrigaba de sobre manera cómo podría sonar Otra edad de Alberto Alcalá. Toni Brunet, el productor de Otra edad, es un músico al que admiro como productor y como guitarrista en directo. Me parece que tiene un gusto exquisito y que posee la clave para mezclarlo en su justa medida con la elegancia de lo aparentemente invisible y con la personalidad del que no pierde el paso pero no hace ruido al andar. Por ello no puedo estar más fascinado con la canción adelanto de Otra Edad: Azoteas.
Azoteas me parece una canción absolutamente increíble en su letra, con esa poética tan exquisita del texto que va de la descripción pormenorizada de la fotografía hasta los versos evocadores que la enmarcan; con mi especial admiración al verso «un compás de espera para respirar el aire fugaz de las horas muertas» en la que se da sentido a la canción y que tanto me recuerda a aquellos «it goes like this, the fourth, the fifth, the minor fall, the major lift» de Leonard Cohen en Hallelujah, donde la letra le dice a la música por donde tiene que ir para contar la historia. Y musicalmente, ya que hablo de la producción, es maravillosa la mezcla entre lo orgánico de la guitarra principal, el contrabajo y la percusión con lo artificial del espectacular órgano de César Pop y de los arreglos exactos, marca de la casa Toni Brunet, de la guitarra eléctrica.
Comparto en esta entrada el vídeo de Azoteas realizado por Rául Marchena.
Azoteas
Letra y música: Alberto Alcalá.
César Pop: hammond
Toni Brunet: guitarra eléctrica
Jacob Reguilón: contrabajo
Edu Olmedo: batería
Martín Bruhn: bombo legüero
Alberto Alcalá: guitarra y voz
Azoteas también se puede escuchar en otras plataformas en este siguiente enlace.
