La Revolución de los claveles tiene como otras tantas revoluciones: el romanticismo, la dosis de utopía, el deseo de cambio y la bandera de la unión del pueblo. Y además, la Revolución del 25 de abril, tiene la belleza. La belleza extrema. Que en todos los veinticinco de todos los abriles sean besos de clavel el cañón de los fusiles.