Kike Tormenta es uno de los artistas que más me ha impresionado durante el pasado año 2014. Aunque hace ya algún tiempo que le venía siguiendo y había escuchado sus canciones a través de la web masquepalabras.org, fue el pasado noviembre cuando le ví en concierto por primera vez. Nada más entrar al local, el Másquepalabras Corner situado en el madrileño barrio de Lavapiés, me sorprendió la cantidad de espectadores que había (seguramente más de un centenar de personas…. lo que es una cantidad más que importante para un concierto de estas características), pero más me sorprendió cuando en cada canción todo el público cantaba las letras al unísono de la voz de Kike. Indudablemente la calidad de la música de Kike Tormenta es alta, y su manera de defender las canciones a guitarra y voz es atroz como bien nos demostró en aquel concierto de noviembre, pero aún así, como acabo de decir, me sorprendió muchísimo, gratamente por supuesto, que en estos tiempos que corren, y más siendo Kike Tormenta un artista que no ha hecho muchos conciertos en Madrid en los últimos tiempos y por lo tanto para muchos puede resultar «desconocido» su nombre en la agenda cultural, se llene una sala de conciertos con fieles seguidores que cantan todas y cada una de las canciones de un repertorio. También me resultó curioso que en aquel concierto en Másquepalabras Corner el público, aunque en su mayoría jóvenes entre 20 y 30 años, era bastante heterogéneo. Y eso, también, es digno de alabar que un artista consiga, creando un sonido propio, atraer a gente con diferentes estéticas y gustos musicales.
Y no miento si digo que acabé el año 2014, y empecé el 2015, pensando en Kike Tormenta ya que, además de que hace unos días publicaba en El corazón al viento una entrada acerca de la canción Susurraron algo, resulta que en Nochevieja, viendo la retransmisión en TVE1 de las campanadas desde la Puerta del Sol, veo que hay una gran pancarta en la fuente de la plaza con el logo de la canción Susurraron algo de Kike. Primeramente me sorprendió ya que en una lugar abarrotado por miles de personas, Kike Tormenta había colocado una pancarta de un tamaño bastante grande. Y tras la sorpresa inicial, estuve un buen rato pensando en la maravilla que supone que en un ambiente festivo haya una imagen tan enigmática (no hay en ella nada que diga que es una canción de Kike Tormenta) que pueda llamar la atención al personal e invitarle a buscar su significado, que en este caso es una canción muy reivindicativa y con todo su sentido de protesta en estos días de fiesta y sinsentidos culinarios. Creo, y aplaudo a Kike por ello, que esa es la maravilla del arte: saber integrarlo en la sociedad, llamar la atención e invitar al público a preguntarse por ello y buscar su significado. También le aplaudo porque me parece un ejemplo de hacer bien las cosas con una dignidad y una humildad suprema. Dudo si otros artistas hubieran sido capaces de poner una pancarta sin ninguna referencia a su nombre o a su obra, y lo dudo porque creo que en este sociedad en el ámbito artístico prima la notoriedad en cuanto a búsqueda de la fama, antes que el ánimo de crear por alentar e impresionar al público. Prima la firma antes que la obra.
Quien quiera conocer más de la obra de Kike Tormenta, comparto los enlaces desde donde se puede escuchar (y descargar gratuitamente) su música, así como el cartel del su próximo concierto que tendrá lugar el 3 de enero en Madrid.
Concierto / cena de Kike Tormenta en restaurante vegetariano: 3 de enero 2015
Escuchar y descargar la música de Kike Tormenta aquí.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=9tLrFNPgk6U]
[…] Kike uno de los artistas que más me ha sorprendido ultimamente. Su álbum, EP del año 2014, El Reflejo me parece un disco muy atractivo y sorprendente desde el […]